Un interesante árticulo de Leonardo Ravier respecto a las líneas de coaching.
Existen al menos tres líneas o escuelas de coaching consolidadas, que surgieron y se desarrollaron simultáneamente en distintas partes del globo.
Las líneas de coaching
1) Coaching Norteamericano
La primera línea, que denomino "Coaching Norteamericano", tuvo al estadounidense Thomas Leonard como máximo exponente. Leonard, fundador de las dos asociaciones internacionales más importantes (ICF e IAC, además de Coach University y Coach Ville, entre otros), propone un método eminentemente pragmático.
2) Coaching Sudamericano
La segunda línea, que denomino "Coaching Sudamericano", es conocida como el "Coaching Ontológico" y tuvo como principales exponentes a los chilenos Rafael Echeverría y Julio Olalla. Esta línea deriva de la obra "Ontología del lenguaje" de Echeverría, quien interpreta y sistematiza los ensayos e investigaciones de Fernando Flores sobre el diseño ontológico (fundamentados principalmente en M. Heidegger, M. Buber, L. Wittgenstein y J.L. Austin, entre otros). Esta escuela tiene una base, por tanto, eminentemente filosófica.
3) Coaching Europeo
La línea del "Coaching Europeo", si bien fue creada por el norteamericano Timothy Gallwey con su teoría de "El juego interior", tiene como principal exponente al inglés Sir John Whitmore. Esta escuela recibió sus principales influencias de la fenomenología, la psicología humanista y la psicosíntesis, por lo que su base es eminentemente humanística.
Nacimiento y consolidación de las tres líneas
Aunque las bases y desarrollo de cada línea o escuela tiene sus orígenes primigenios en distintos momentos de la historia, es notable cómo surgen en distintas partes del globo, a mediados de los años '90, de forma paralela y "aislada". La International Coach Federation fue fundada en 1994 por Thomas Leonard en los Estados Unidos. Ese mismo año, en Sudamérica se editó por primera vez el libro "Ontología del lenguaje" de Rafael Echeverría. Un año después, en Inglaterra fue publicado "Coaching for Performance", de John Whitmore. A partir de allí, cada corriente se ha ido desarrollando y consolidando a nivel internacional. Ahora bien, las profundas diferencias entre las bases filosóficas, ideológicas y/o teóricas de las corrientes explican tanto el "caos" existente entre coaches y coachees, como la expansión y crecimiento de la profesión en los últimos años. El panorama resulta desalentador para algunos, y esperanzador para otros. Desalentador para quienes creen que el coaching es y seguirá siendo una etiqueta capaz de camuflar cualquier tipo de práctica o teoría de desarrollo personal y/o empresarial. Esperanzador, para quienes creen que dentro de la diversidad existe un común denominador que hace o hará posible que la profesión se consolide bajo una nueva y singular metodología autónoma
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